Nuestra revista Tierra y Tecnología
comienza una nueva etapa. Hemos valorado el cambio de formato y de algunos contenidos,
pero en principio continuaremos en una línea similar. Resueltas algunas dudas, hemos
puesto en marcha nuevamente la "maquinaria" entre tres colegiados. Al principio,
no es fácil encontrar colaboradores que presten, de forma altruista, su tiempo libre en
la revista, especialmente cuando suelen acuciarnos a todos, problemas familiares,
personales, sentimentales, de trabajo...o simplemente necesitas descansar. A partir de
ahora esperamos formar un equipo homogéneo eficaz y repartir tareas. Los nuevos
responsables creemos que los anteriores lo han hecho bien. Hay que estar dentro y apreciar
el esfuerzo necesario para la publicación de una revista como Tierra y Tecnología. Suele
ser más fácil criticar que crear. Por ello, si no es posible el apoyo real, al menos
estamos seguros de que tendremos muchas críticas. Las esperamos para mejorar,
especialmente si son constructivas. El resultado es que después de tiempo y esfuerzo, que
será menores en números sucesivos, por fin tenéis la revista en vuestras manos, que es
lo importante y empezamos a trabajar en el siguiente nº.
En nuestra sociedad el conocimiento científico de la Tierra y las
Técnicas geológicas que lo ponen en práctica, son cada vez mas necesarios, si bien su
implantación real es mas lenta de lo que a todos nos gustaría. Los profesionales de la
geología (los geólogos), tenemos, entre otros el deber moral de informar de la necesidad
de aplicar el conocimiento profundo de estas ciencias para el desarrollo de nuestra
sociedad y evitar riesgos naturales o catástrofes relacionadas con la geología. Los que
trabajamos en las distintas Administraciones Públicas tenemos, además, la obligación de
tratar que estos estudios y Proyectos se hagan en beneficio de los ciudadanos a los que
debemos servir.
Este año celebramos los veinte años del Colegio profesional de
Geólogos (ICOG), que nace al mismo tiempo que nuestra Constitución Democrática de 1979.
Este numero de nuestra revista trata de recordarlo y para ello incluimos algunos
artículos con la visión de profesionales vinculados al colegio.
Desde el inicio de la etapa democrática, son bastantes los cargos
políticos de distintos signos. que son o han sido ocupados por geólogos como: Delegados
de Gobierno, Gobernadores Civiles, Senadores, Consejeros Autonómicos, Directores
Generales, Alcaldes, etc. Como era de esperar nuestros profesionales son capaces de
alcanzar altas cotas de responsabilidad política en las diferentes ideologías.
Hace 20 años muy pocos geólogos eran funcionarios. Afortunadamente,
cada vez hay mas geólogos, que superando difíciles oposiciones, lo consiguen. Algunos,
de su carrera profesional, han superando la competencia con otras profesiones mas añejas
han llegando a altos puestos técnicos dentro de las Administraciones como Subdirectores
Generales, Directores Territoriales Directores Provinciales, Consejeros Técnicos,
Responsables de Areas, o científicos, como: Investigadores, Catedráticos, además de
Rectores y Decanos. De esta forma no solo se demuestra la valía de nuestros
profesionáles, sino que también debe influir en la necesidad social de nuevos proyectos
científicos o técnicos y obras relacionadas con la geología. También, dentro de las
grandes empresas aumentan los Empresarios y Directores Generales, que son geólogos.
Muchos emergen como Profesionales liberales y Empresarios autónomos dentro del mundo de
la geología. Todos ellos deben adquirir entre otras, la responsabilidad de potenciar el
conocimiento necesario de la geología como un bien para nuestra sociedad.
De lo anterior podría pensarse en una situación idílica y equivocada
de la profesión. Es cierto que hay geólogos directivos tras muchos esfuerzos, pero son
menos de lo que deberían. La mayoría trabajan en puestos técnicos con menor
reconocimiento del que se merecen. A los más jóvenes, les cuesta encontrar su primer
empleo y este a veces es decepcionante. Para mejorar la situación, debemos insistir en la
necesidad real de conocer mejor la litosfera como fundamento de la economía y seguridad
de nuestra sociedad.
La enseñanza de la geología, la creación de la cartografía
geológica, la investigación y aplicación de la hidrogeología, geología costera o de
los riesgos geológicos y naturales, en la minería, la geotecnia, los residuos sólidos,
impactos ambientales o la ordenación del territorio, entre otras muchas, no son lógicas
sin la intervención de los geólogos, dirigiéndolas o dentro de equipos
multidisciplinares.
Algunos de estos sectores están claramente en alza, en todos los
países avanzados como los relacionados con las ciencias de la Tierra y con el Medio
Ambiente. Otros están, en recesión, al no poder competir en la calidad y costes con
países del Tercer Mundo. Nos referimos principalmente a la minería. Otras profesiones
especializadas fundamentalmente en este tema, están también en recesión cosa que
sentimos. Debe apoyárselas, pero también evitar que entren en colisión abierta con los
intereses profesionales de los geólogos, pues esto no beneficia a nadie.
En este contexto se ha creado, con la oposición del Colegio de
Geólogos (ICOG), como representante legal del colectivo, la nueva titulación de
Ingeniero Geólogo, que pretende ocupar un espacio en el que ejercen actualmente los
Doctores y Licenciados geólogos (colegiados).
Creemos que sería imposible la creación de nuevas titulaciones de
Licenciados de Minas o Licenciados de Caminos, Canales y Puertos fuera del control de las
actuales Escuelas, Colegios y grupos profesionales del ramo. La oposición por
profesionales y docentes sería tal que da risa el planteamiento. La misma hilaridad
debería haber provocado el planteamiento de la titulación de Ingeniero Geólogoa los que
presentaron el Consejo de Universidades.
A los geólogos, no les da ninguna risa la nueva titulación de
Ingenieros Geólogos, creada por intereses ajenos a los actuales geólogos y entre estos
con una mezcla de sorpresa, impotencia, oposición a medio gas, e ingenuos intereses
personales de pequeños grupos que a buen seguro se verán defraudados.
Desde luego muchos pensamos que esta nueva titulación de Ingenieros
Geólogos entra en colisión con los actuales y reales Ingenieros Geólogos que están
ejerciendo desde hace años la ingeniería geológica (hidrogeología, geotecnia, medio
ambiente, minería, etc.) en las Administraciones y Empresas. Son en estas, en donde los
geólogos actuales pueden sentirse más amenazados, en especial los mas jóvenes. Creemos
indispensable que en las "pasarelas" previstas se facilite la obtención casi
directa de la nueva titulación a los geólogos, especialmente a los que puedan acreditar
su trabajo pasado o presente, en la ingeniería geológica, en un sentido elemental de la
justicia e igualdad de oportunidades ya que ellos no tendrán la oportunidad de elección
que se dará a los futuros geólogos.
En este sentido, debemos reclamar de nuestros Decanos y docentes, la
actualización de los programas para incidir mas en la geología aplicada según las
necesidades de nuestra sociedad a lo que servirán (o no) los futuros geólogos que salen
de las Facultades. También debemos reclamarles que la nueva Titulación de Ingeniería
Geológica este en relación con las Facultades de Geológicas y no con Facultades o
Escuelas distintas a la profesión de Geólogo.
Por otra parte, las Escuelas de Ingeniería Superior han pasado de
cinco a seis cursos y las Escuelas de Ingenieros Técnicos reclaman pasar de tres a cuatro
cursos (seguramente con razón) sabedores que nuestras Administraciones y empresas, como
parte de nuestra sociedad, valoran en primer lugar el número de cursos de la carrera que
cursaron y después los conocimientos, hasta tal punto que el nº de cursos limita el
acceso (muchas veces injustamente) a puestos Técnicos de responsabilidad. Así es por ley
en las Administraciones y de hecho en las empresas. En este contexto hay facultades que
sin tener en cuenta la progresión profesional y las consecuencias económicas de sus
titulados, pretenden (o ya lo han hecho) reducir el número de cursos de cinco a cuatro,
situándonos al borde del nefasto "grado medio" en un mundo profesional
competitivo "contra" profesiones superiores de seis cursos y otros peligros como
los futuros Ingenieros Geólogos, en principio de cinco cursos y luego ya veremos.
Aquellos que crean vanál este tema, que pregunten a los Ingenieros Técnicos,
profesionales muy cualificados con carreras difíciles, en teoría tres cursos (reales mas
de cinco), que profesionalmente están limitados de por vida.
Me gustaría terminar con algo que tiene relación con el principio de
este editorial: los geólogos vamos progresando (aunque en alguno solo por la edad) en la
Administración y en el mundo empresarial. Nuestro colectivo forma parte de la sociedad y
goza de sus virtudes y defectos. Así tenemos una inmensa mayoría de buenos (o muy buenos
profesionales). Pero como en todas las profesiones, puede haber una pequeña minoría de
indeseables que se aprovechan de su posición (a veces mínima y ridícula) para ejercer
de satrapíllas, abusar de su pequeño poder y tratar de tiranizar a sus compañeros de
trabajo, especialmente a los geólogos, con presiones y amenazas, por no mencionar asuntos
mas escabrosos e inconfesables. Como colectivo profesional, debemos señalarlos,
aislarlos, denunciarlos y despreciarlos, para que al menos no presuman de ser intocables.
Alguno de estos, llegado por el túnel del tiempo, no solo reniega públicamente de la
profesión de la que come, como algo despreciable, sino que grita, maltrata y trata de
abusar de otros geólogos. Si no fuese por el daño que hacen a algunas personas,
podríamos amenizar aún más nuestras vidas con la narración de las fechorías de este
beodo, Bufón Esperpéntico, rodeado de sus tres o cuatro cascabeles.
Madrid, 21 de septiembre de 1999