El frigorífico

El frigorífico es el único electrodoméstico que permanece encendido continuamente por lo que tiene un importante consumo de energía, unos 500 Kwh al año tratándose de un frigorífico normal de 275 litros de capacidad. Este consumo aumenta cuando además de enfriar los alimentos debe conservar bloques de hielo que se forman en el congelador o bien cuando tiene que enfriar alimentos que están por encima de la temperatura ambiente.

Los frigoríficos no emiten contaminantes a la atmósfera pero sí lo hace la producción de electricidad en centrales térmicas. Algunos modelos antiguos pueden contener CFC como parte del circuito de refrigeración, por lo que al deshacernos de ellos este compuesto destructor del ozono puede escapar a la atmósfera.

¿Qué podemos hacer?

  • Adquiramos un frigorífico de tamaño acorde con nuestras necesidades.
  • Evitemos introducir alimentos muy calientes en su interior.
  • Evitemos dejar la puerta abierta durante más tiempo del imprescindible para evitar la entrada de calor y que tenga que invertir energía en reducir de nuevo la temperatura de su interior.
  • Procuremos no situar la nevera cerca de una fuente de calor.
  • Mantengamos la parte trasera bien ventilada dejando un espacio libre hasta la pared, ya que así permitimos una correcta circulación del aire y mejora el rendimiento.
  • Desenchufemos cada cierto tiempo el frigorífico para evitar la formación de escarcha o hielo en el congelador, ya que su mantenimiento supone una mayor necesidad de frío y en consecuencia más gasto energético.
  • Limpiemos con cuidado, con plumero o aspirador, los serpentines de la parte posterior del aparato, ya que la presencia de polvo en los mismos dificulta su buen funcionamiento.
  • Regulemos los termostatos a las temperaturas recomendadas por el fabricante, ya que un grado menos de temperatura supone un aumento aproximado del consumo de un 5% y además puede dar origen a la aparición de escarcha.
  • Verifiquemos periódicamente las puertas ya que un cierre defectuoso conlleva a la pérdida de frío acumulado en el interior. Una prueba puede ser la de colocar una hoja de papel y cerrar, si el papel se puede extraer fácilmente, el cierre no es del todo estanco y estamos perdiendo frío y dinero.
  • Llevemos nuestro viejo frigorífico a un punto limpio cuando queramos deshacernos de él, o bien preguntemos en nuestro ayuntamiento por servicios de recogida.


La cocina

En las cocinas se procesan aproximadamente 2 kilos de materiales por persona al día, la mayoría de ellos compuestos por alimentos. Es donde se producen los guisos pero también los restos orgánicos y envases desechados. Para ello se utiliza aceite y energía. La energía que se emplea es pequeña en comparación con otros usos domésticos como la calefacción y puede ser gas o electricidad, en este último caso el consumo energético es mayor.

¿Qué podemos hacer?

  • Reduzcamos al mínimo la cantidad de desechos, aprovechando al máximo las materias primas alimentarias
  • Utilicemos recipientes que tengan un diámetro mayor al fuego sobre el que se colocan.
  • Tapemos las cacerolas para evitar pérdidas de calor
  • Si en nuestra cocina disponemos de placas eléctricas, tengamos en cuenta que éstas mantienen el calor después de ser desconectadas, por lo que podemos apagarlas cinco minutos antes de acabar la cocción si no vamos a seguir cocinando.
  • Evitemos deshacernos del aceite usado tirándolo por el desagüe, podemos guardarlo y llevarlo a un punto limpio, hacer jabón o bien deshacernos de él limpiando las superficies de aceite con periódicos y luego tirándolo a la basura.

La lavadora y la secadora

La lavadora consume agua limpia, la eleva a la temperatura deseada y bate y remueve en un recipiente la ropa sucia mezclada con agua, detergente y otros productos. El resultado final es un montón de ropa limpia por un lado, varias decenas de litros de agua contaminados por la suciedad de la ropa y los restos de detergentes y una cierta cantidad de energía consumida.

¿Qué podemos hacer?

  • Mantengamos siempre limpio el filtro permitirá un buen funcionamiento del aparato, y un menor consumo.
  • Intentemos llenar siempre la lavadora y la secadora, ya que el consumo de agua y electricidad por kg de ropa será inferior, incluso cuando hagamos uso de los programas de media carga.

El fregadero

El fregadero es también un elemento sumamente importante en la cocina ya que en él se preparan muchos alimentos que se van a cocinar y se eliminan los restos de lo que se ha cocinado y en ocasiones otros muchos productos que pueden causar problemas tanto en nuestras casas como en las depuradoras o en los ríos a los que van a parar.

Por el grifo del fregadero circulan como media 10 litros de agua por cada minuto que esté abierto, en muchas ocasiones agua caliente, lo que supone también un gasto de energía.

¿Qué podemos hacer?

  • A la hora de lavar los cacharros llenemos la cubeta con agua caliente echando la cantidad justa de jabón y luego, tras fregarlos, aclarémoslos con agua fría.
  • Incorporemos sistemas ahorradores de agua a nuestros grifos
  • Evitemos arrojar por el desagüe del fregadero todo tipo de sustancias.
  • Evitemos dejar el grifo abierto cuando no sea necesario.


Los residuos

Envases de vidrio

El vidrio es una sustancia que se obtiene al fundir un determinado tipo de arena a alta temperatura. Su fabricación requiere un elevado coste energético y genera una importante contaminación atmosférica que no siempre se trata adecuadamente.

¿Qué podemos hacer?

  • Reutilicemos los envases cuando sea posible. Los envases de vidrio son muy adecuados para la reutilización gracias a su larga duración y dificultad de deterioro.
  • Depositemos el vidrio en los contenedores para reciclarlo, cada tonelada de vidrio reciclado ahorra 1200 kg de materia prima y 130 kg de petróleo. La energía que ahorra el reciclado de una botella de vidrio puede mantener encendida una bombilla de 100 watios durante cuatro horas.

Plásticos

Los plásticos son polímeros de compuestos sencillos basados en átomos de carbono e hidrógeno cuya materia prima es el petróleo. Cada día, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos estamos en contacto directo con gran cantidad de objetos de plástico: botellas, mecheros, bolígrafos, bolsas, bandejas de poliestireno para los alimentos, etc. Más del 30% de plásticos que utilizamos cada día sirven como embalaje de diversos productos: su destino es acabar en la basura.

La gran ventaja de los plásticos es que combinan buenas propiedades de resistencia y hermeticidad con una gran ligereza, sin embargo son difícilmente degradables y tienen un coste ambiental elevado.

¿Qué podemos hacer?

  • A la hora de hacer la compra es mejor que elijamos envases más grandes y rechacemos los productos excesivamente embalados
  • No compremos productos de un solo uso, sobre todo si sus materiales no se pueden reciclar.
  • Reciclemos los plásticos siempre que sea posible depositándolos en los contenedores adecuados.
  • Utilicemos una cesta o carrito cuando vayamos a comprar para evitar la acumulación de bolsas de plástico.

Las latas.

Las latas metálicas son un procedimiento de conservación y envasado de alimentos bastante común. Se suelen encontrar en los comercios de dos tipos: de hojalata y de aluminio. Las primeras, las de hojalata son casi imperecederas, de fácil fabricación y de reciclaje en circuito cerrado. Las segundas, de aluminio, son más ligeras y su obtención a partir de bauxita consume grandes cantidades de energía generando un gran coste ambiental, pero cuentan también con un asentado circuito de reciclaje.

¿Qué podemos hacer?

  • Consumamos preferentemente productos con envases retornables.
  • Evitemos las latas y procuremos consumir comida fresca.
  • Reciclemos las latas tras su uso

Las pilas

Las pilas son utilizadas para una gran variedad de aparatos eléctricos cámaras de fotos, radios portátiles, etc.

Para su fabricación se emplea gran cantidad de energía, más que la que contienen en sí mismas. Pero el principal problema ambiental es su contenido en sustancias tóxicas. El 80% del mercurio de las basuras domésticas proviene de las pilas, lo que equivale a cinco toneladas por año. Así el mercurio de una simple pila de botón puede contaminar 600.000 litros de agua. Las pilas alcalinas tienen menos mercurio, aunque suficiente para contaminar 175.000 litros de agua. También contienen otros elementos tóxicos como el cadmio y el plomo.

¿Qué podemos hacer?

  • Utilicemos aparatos que funcionan con pilas sólo cuando no quede otra opción.
  • Depositemos las pilas en los contenedores especiales.
  • Procuremos utilizar pilas que sean recargables. Éstas se pueden utilizar hasta 1000 veces con cargador.