| Sector industrial En la industria tiene lugar un gran consumo energético, se procesa 
        una cantidad importante de materias primas, procedentes en muchas ocasiones 
        de lugares muy lejanos y expoliadas al medio, y se genera un alto porcentaje 
        de residuos que contaminan la atmósfera, el agua y los suelos. 
        
 ¿Qué podemos hacer?Ahorro energético:
 
        La realización de auditorías energéticas en la 
          empresa permite conocer las actividades que consumen más energía 
          y tomar medidas correctoras, como contratar la tarifa que más 
          se ajuste a nuestro consumo. Apaguemos las luces que no se estén utilizando. El polvo y la suciedad resta efectividad 
        a la iluminación. La acumulación de polvo en los sistemas 
        de alumbrado hace que se pierda hasta un diez por ciento en iluminación. 
         Utilicemos bombillas de bajo consumo tales como lámparas de 
          sodio o tubos fluorescentes. Las primeras bombillas a sustituir deberían ser las de mayor 
          periodo de uso. Se pueden instalar interruptores temporizadores de desconexión 
          automática, en baños y lugares de paso. Se puede invertir en burletes para evitar las fugas de frío 
          o calor a través de las ventanas. Cambiemos cada cierto tiempo los filtros y líquidos refrigerantes 
          del aire acondicionado y aparatos de refrigeración con el fin 
          de optimizar su rendimiento reduciendo así los gastos energéticos. Cuando adquiramos maquinaria nueva, debemos interesarnos por las 
          de menor consumo energético. Coloquemos las fuentes de frío y calor en puntos donde la 
          acción de una no interfiera en la acción de la otra, evitará 
          que las máquinas trabajen más para conseguir las condiciones 
          deseadas. Ahorro de agua
 
        Cualquier medida encaminada a la reducción del consumo de agua, 
          minimizará los vertidos residuales y supondrá tanto un 
          ahorro económico como el ahorro de un bien tan escaso. Mantengamos bien cerradas las llaves de paso y evitemos el goteo 
          continuado de grifos o mangueras Un grifo con 
        un chorro de doce milímetros de diámetro puede perder alrededor 
        de ochocientos mil litros de agua al mes. 
         Instalemos preferiblemente grifos monomando, ya que ahorran un cincuenta 
          por ciento del consumo y no gotean. Instalemos, cuando sea posible, atomizadores y/o difusores de agua 
          ya que aportan un nivel y presión del agua eficaz para su uso, 
          con un menor consumo. Instalemos en las cisternas y depósitos émbolos reguladores 
          de las descargas, ya que así se conseguirá controlar el 
          volumen de agua empleado. Instalemos contadores de consumo de agua en algunos puntos del proceso, 
          así nos permitirá descubrir las posibles fugas. Revisemos los conductos de entradas y salidas de aguas o vertidos, 
          puede evitar derrames o fugas indeseadas. Con las fugas y derrames se puede perder 
        hasta un 20% de agua. 
         Fomentemos los sistemas de recirculación de agua en el proceso 
          productivo. Materiales: 
        Evitemos comprar en exceso. El abuso en la compra de materiales provoca 
          problemas de almacenamiento y costes de gestión. Busquemos proveedores locales, para reducir el gasto ambiental y 
          económico en transporte. Intentemos no comprar productos que contengan una cantidad excesiva 
          de envoltorios.  Cuantos más envoltorios 
        tenga un producto más residuos produce, y por tanto requiere en 
        su fabricación un mayor consumo de materias primas. 
         Dentro de lo viable, es aconsejable que el departamento de compras 
          adquiera productos que perjudiquen lo menos posible al medio ambiente. Se debe tener en cuenta a la hora de comprar materiales o materias primas, 
        que existen una serie de etiquetas que identifican a los productos que 
        cumplen con ciertos criterios ecológicos, bien por ser reciclables, 
        por encontrarse integrados en un sistema de gestión, etc. Etiqueta Ecológica de la Unión Europea 
 Identifica los productos que tienen un reducido impacto sobre el medio 
        ambiente, desde su fabricación hasta su eliminación siguiendo 
        una serie de criterios ecológicos.
 Etiqueta de Producto Reciclable 
 Esta etiqueta indica que el producto que la lleva es reciclable al cien 
        por cien. Punto Verde
 
 Garantiza que el producto es recogido y reciclado por un Sistema Integrado 
        de Gestión. Informa que el envasador o fabricante ha pagado para 
        que el envase de ese producto se recicle y no contamine. Residuos: 
         Dispongamos de contenedores adecuados para la recogida selectiva 
          de residuos y su posterior gestión. Realicemos programas de minimización de residuos empezando 
          con una correcta separación según su origen y composición. 
        Segreguemos las distintas corrientes de residuos, recogiendo para 
          su utilización , por ejemplo, disolventes o aguas que han de 
          servir en la limpieza de los equipos de proceso. En algunas ocasiones podremos incluso aprovechar los subproductos obtenidos 
          tras la preparación, transformación y elaboración 
          de nuestros productos obteniendo una nueva fuente de ingresos al mismo 
          tiempo que reducimos efectivamente los residuos y vertidos generados.
 Los embalajes de los materiales y productos deben ser sencillos y 
          en el menor número posible siempre que no afecte a la seguridad 
          del producto.Alrededor del veinticinco por ciento de las basuras generadas en la 
          Unión Europea provienen de envases.
 Promovamos la utilización embalajes y envases reciclables 
          o fabricados con materiales biodegradables.Recuperemos y aprovechemos todos los envases reutilizables Diseñemos embalajes sencillos para nuestros productos. Un numero 
          excesivo de embalajes, produce gasto de materias primas y acumulación 
          de residuos, además de no ser necesarios. Reduzcamos al imprescindible el embalaje para transporte entre el 
          almacén y el comercio, siempre que esta medida no afecte a la 
          seguridad del producto. Mantengamos separados y sin mezclar los distintos residuos tóxicos 
          para no aumentar su peligrosidad y facilitar su tratamiento. Es importante que establezcamos procedimientos de control documental 
          de los residuos tóxicos y los mantengamos adecuadamente etiquetados, 
          sabiendo en todo momento que tipo de sustancias se manejan y cómo. Es recomendable que los envases y bidones estén herméticamente 
          cerrados, excepto cuando sea necesario su uso. De esta manera se evitarán 
          fugas y derrames del producto. Además debemos asegurarnos de 
          que cada residuo se encuentre en el contenedor adecuado. El almacenaje de este tipo de productos nunca debe hacerse en lugares 
          sin protección frente al clima y los lugares destinados para 
          ello deberían contar con suelos impermeables y con un sistema 
          de contención de derrames.El tiempo máximo de almacenaje de residuos tóxicos es 
          de seis meses y tienen que ser entregados a gestores autorizados.
 Es aconsejable limitar el acceso al almacén de residuos tóxicos. 
          Mal manipulados pueden dar lugar a accidentes o derrames. Es aconsejable también almacenar los productos tóxicos 
          de manera espaciada. Esto facilita su inspección y la comprobación 
          de su estado, eliminando también riesgos de derrumbe y accidentes. Vertidos: 
        Antes de emitir los vertidos líquidos, debemos separar los 
          sólidos de las aguas para su tratamiento. Realicemos análisis periódicos de los vertidos ya que 
          de esta manera pueden ser detectadas fugas o derrames ocasionales de 
          otros contaminantes. Mantengamos controles periódicos de la composición 
          y acidez de los vertidos líquidos antes de su salida de fabrica 
          para evitar problemas de contaminación en los cauces receptores. Realicemos revisiones periódicas de mantenimiento en los sistemas 
          de refrigeración para evitar emisiones atmosféricas de 
          gases como los CFCs. Llenemos los tanques desde abajo, ya que supone la reducción 
          de emisiones a la atmósfera. Ruido: 
         Utilicemos protecciones individuales tales como tapones o cascos 
          cuando estén encendidas las máquinas que produzcan mayor 
          contaminación acústica. Eliminemos los ruidos colocando aisladores acústicos o silenciadores 
          en los puntos críticos. Realicemos mediciones de ruido para determinar los niveles acústicos 
          que soportan los trabajadores y determinar de esta manera si éstos 
          se encuentran dentro de los rangos admisibles o si por el contrario 
          superan los límites de seguridad. Mantenimiento:
 
        El mantenimiento se basa en la inspección y limpieza periódica 
          de los equipos encargados de la producción, con el fin de reducir 
          al máximo los efectos contaminantes que se derivan del uso incorrecto. 
          De esta manera se previenen averías y fugas además de 
          aumentar la vida útil de los productos. Sigamos un programa de mantenimiento que incluya, mantenimientos 
          de los equipos y limpieza completa. Sería también conveniente 
          que dispusiéramos de material de consulta para los trabajadores 
          en los que se especifique el programa de mantenimiento. Aislemos los circuitos eléctricos de forma adecuada y revisar 
          con regularidad que no presenten corrosión ni posibilidad de 
          cortocircuitos. Cambiemos, cuando se requiera, el aceite (o el tipo de lubricante) 
          de la maquinaria optimizando de esta manera su rendimiento. A la hora de adquirir productos para el mantenimiento de los equipos 
          es recomendable leer las etiquetas de composición con el fin 
          de elegir los menos contaminantes. En las compras de maquinaria conviene examinar su eficacia previamente 
          en los consumos de agua y energía. Dispongamos de un procedimiento en materia de detección, contención 
          y saneamiento ante posibles escapes de sustancias almacenadas, para 
          evitar afecciones al medio ambiente. Evitemos, siempre que sea posible, el uso de disolventes ya que son 
          agentes muy contaminantes. Hagamos un uso racional de los detergentes y productos de limpieza 
          en general. En la limpieza de las instalaciones utilicemos medios mecánicos 
          como escobas o fregonas y prescindamos del uso de la manguera siempre 
          que no sea imprescindible. De esta manera se ahorrará agua y 
          se reducirán los vertidos de aguas residuales. Gestionemos los derrames de combustibles, aceites, etc., de la limpieza 
          de la maquinaria como residuos peligrosos.  * Herramientas de gestión ambiental en la empresa 1.- Análisis del ciclo de vida del producto (ACV).  El análisis del ciclo de vida es un estudio objetivo y sistemático 
        para identificar, clasificar y cuantificar las cargas contaminantes y 
        los recursos materiales asociados a un producto, proceso o actividad, 
        desde su concepción hasta la eliminación del producto. Su objetivo es identificar, evaluar y llevar a cabo procedimientos para 
        poder reducir los impactos ambientales asociados o asociables al producto, 
        reduciendo el consumo de materias primas y energía y disminuyendo 
        el volumen de los residuos resultantes.Más información:
 www.cricyt.edu.ar/institutos/incihusa/Lahv/Lahv/Soporte/Paginas/LCA_web.htm
 2.- Gestión energética:  La gestión energética es todo aquel esfuerzo coordinado 
        y planificado cuyo objetivo es el conseguir una mayor optimización 
        en el suministro, transformación y utilización de la energía. 
        Es decir, lograr un uso más racional de energía sin tener 
        que disminuir los ratios de confort, productividad y calidad de los servicios 
        o productos. 3.- La auditoría ambiental o ecoauditoría. Es un instrumento de gestión que comprende una evaluación 
        sistemática, documentada, periódica y objetiva de la eficacia 
        de la organización, el sistema de gestión y los procedimientos 
        destinados a la protección del ambiente y que tiene por objeto: 
       a) Facilitar el control de las prácticas que pueden tener efecto 
        sobre el ambiente. b) Evaluar su adecuación a las políticas ambientales de 
        la empresa.
 4.-Generación, análisis y valoración de posibles 
        actuaciones. Es una herramienta de análisis sistemático. No recoge la 
        normativa ni la legislación, pero puede, a partir de los objetivos 
        de la empresa, ayudar a definir las acciones y estrategias a desarrollar 
        por el plan de gestión medioambiental.
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