El coche

Cerca del 40% del consumo de energía en el transporte deriva del empleo del vehículo privado, siendo el automóvil el primer responsable de la contaminación atmosférica en la mayoría de nuestras ciudades. Además de arrojar al aire cantidades variadas de contaminantes, tales como plomo, óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono, etc., emite gran cantidad de ruido y ocupa casi diez metros cuadrados, suponiendo grandes problemas de aparcamiento. El problema va creciendo ya que cada día más personas adquieren vehículos privados lo que supone mayores atascos, mayor contaminación y mayores problemas de aparcamiento. En muchas ocasiones además, sólo se transporta una sola persona en su interior y los trayectos que se realizan son inferiores a 3 km, multiplicando su consumo.

La emisión de latas, plásticos y colillas desde los vehículos es una práctica generalizada que es causa de incendios y degradación de suelos.

El metro

El metro requiere importantes cantidades de energía eléctrica para su funcionamiento y durante su construcción se pueden producir impactos importantes. Sin embargo el balance respecto al medio ambiente es positivo, ya que supone una alternativa al transporte privado y una excelente opción para los desplazamientos urbanos.

El autobús.

El autobús emplea motores diesel que consumen menos gasolinas pero producen grandes cantidades de humos. Sin embargo últimamente comienzan a adquirirse nuevos modelos que emplean otros combustibles mucho menos contaminantes con el entorno sobre todo en autobuses urbanos.

La utilización de autobuses supone un medio de transporte mucho menos dañino con el entorno ya que suponen una alternativa al uso masivo de vehículos privados.


¿Qué podemos hacer?

  • Hagamos los trayectos cortos a pie o en bicicleta, además de ser una opción ecológica, es también muy sana.
  • Utilicemos el transporte público siempre que sea posible, adquiriendo abonos resulta más barato.
  • En caso de optar por el vehículo privado, procuremos por lo menos llenarlo de pasajeros, compartiendo por ejemplo nuestro coche con compañeros.
  • Conduzcamos de manera que ahorremos combustible y produzcamos menos ruido y contaminantes. Es decir, de forma suave, sin acelerones y frenazos bruscos y a baja velocidad, cuando sea posible
  • Llevemos el coche al taller de manera regular para garantizar el rendimiento del motor.
  • Evitemos arrojar colillas y basura por la ventanilla.
  • A la hora de adquirir un vehículo consideremos el consumo de combustible como un criterio crucial de elección.