Cambio climático

Las causas más importantes de cambios de clima en periodos de miles de años tienen su fundamento en las alteraciones del equilibrio radiativo y en los procesos externos o internos al sistema que puedan experimentar las radiaciones incidentes en él o emitidas por él.

Estas perturbaciones o cambios impuestos al sistema climático que alteran el balance radiativo se conocen como forzamientos radiativos Los más importantes son debidos a variaciones en:

- Las concentraciones de gases de efecto invernadero originados por la acción del hombre.
- La radiación solar recibida debido a la variación en la constante solar.
- Los aerosoles atmosféricos presentes originados por causas naturales como el vulcanismo y por causas antropogénicas.
- El albedo planetario como consecuencia de los usos del suelo y la presencia de nubes.

Desde la revolución industrial, como consecuencia de la quema de diversos combustibles fósiles para la producción de energía y de la deforestación, las concentraciones de gases de efecto invernadero ha aumentado considerablemente, de modo que el forzamiento asociado al aumento de gases de efecto invernadero ha sido hasta la fecha superior al resto de forzamientos. Es, por otra parte, creciente y acumulativo y no está sujeto a comportamientos episódicos como las erupciones volcánicas o las variaciones en la actividad solar.

Los incrementos previstos en las temperaturas medias globales y en la elevación del nivel del mar como consecuencia de este calentamiento global ha sido objeto de estudio para la comunidad científica. Las evaluaciones obtenidas mediante modelos adecuados ofrecen unos resultados que oscilan dentro de amplios márgenes. La primera evaluación se refería a un aumento global de entre 1.5 y 4.5 º C para el año 2100. Las posteriores evaluaciones tienen en cuenta el efecto compensatorio que producen los aerosoles originados, entre otros, en la quema de combustibles fósiles, al dispersar en el espacio la radiación solar y sitúan este margen entre 0,9 y 3.5 º C para ese mismo año.

El efecto de este incremento de temperatura a escala global es muy importante ya que provocará la subida del nivel del mar, lo que puede dar lugar a la inundación de las zonas costeras y sus ciudades, pequeñas islas, deltas de ríos, arrecifes, etc.

Las variaciones previstas en la temperatura y en las precipitaciones sugieren también que las zonas climáticas podrían desplazarse hacia los polos en el curso de los próximos cincuenta años. De este modo, muchas enfermedades tropicales aumentaran su distribución espacial y temporal. La flora y la fauna se desfasarían, sobreviviendo con dificultades en sus áreas naturales pero con regímenes climáticos diferentes e incluso llegando a extinguirse y los ecosistemas adquirirían nuevas estructuras como consecuencia de las alteraciones en la distribución y abundancia de especies.

Los glaciares ante un aumento global de la temperatura serán reducidos y los recursos hídricos podrán disminuir en cantidad y calidad llegando a ser un conflicto para los seres humanos.

Los científicos han estimado los impactos sociales directos en varios sectores socioeconómicos pero en realidad las consecuencias globales deben ser más complicadas ya que los impactos en un sector pueden también afectar a otro sector indirectamente. Existe además cierta incertidumbre a la hora de evaluar los resultados cuantitativamente, y en cuanto a los efectos en los procesos de realimentación. Lo que no cabe duda es que no puede esperarse a que se disipen todas las incertidumbres para actuar en el campo de la protección del clima, ya que sería probablemente demasiado tarde, por lo cual deben evitarse tanto las posturas evasivas como las notoriamente alarmistas.