Acuerdos internacionales

Cambio climático

Desde los años treinta el calentamiento global ha sido objeto de diversas investigaciones científicas pero no es hasta 1985 cuando el tema saltó del campo científico al social, principalmente a través del impulso del PNUMA (Plan de Naciones Unidas para el Medio Ambiente). Este organismo junto con la Organización Meteorológica Mundial (OMM) constituyó en 1988 el IPCC (Intergovernmental Panel for Climatic Change) con el encargo de realizar un informe sobre los cambios climáticos con la mayor participación internacional posible.

El primer informe del IPCC fue terminado en 1990 y sirvió de base a las deliberaciones de la Segunda Conferencia Mundial del Clima, que fue seguida de una Conferencia Ministerial en la que se solicitó a los diferentes países compromisos de limitación de emisiones y en la que la Unión Europea de los Doce se comprometió a estabilizar las emisiones de CO2 para el año 2000 a los niveles de 1990. Se reconoció además, la necesidad de lograr un Acuerdo Marco Internacional sobre el Cambio Climático para el cual se estableció un programa de negociaciones y se fijó la fecha de la firma: la Conferencia de Medio Ambiente y Desarrollo de Río de Janeiro, a celebrar en 1992.

Tras su ratificación por parte de los Estados, el acuerdo entró en vigor en marzo de 1994.

En 1995 se celebra en Berlin la primera reunión de la Conferencia de las Partes (CP-1) y se decide que el Acuerdo Marco internacional no era suficiente para alcanzar el objetivo a largo plazo de la Convención de impedir las "interferencias antropogénicas (atribuidas a la actividad humana) peligrosas en el sistema climático". Los ministros y otros funcionarios de alto nivel respondieron adoptando el "Mandato de Berlín" y lanzando una nueva ronda de conversaciones para fortalecer los compromisos de los países desarrollados. Con el objeto de redactar un acuerdo se estableció el Grupo especial sobre el Mandato de Berlín que, tras ocho reuniones, remitió un texto a la CP-3 con miras a su negociación definitiva.

Este texto fue presentado en diciembre de 1997 en la Conferencia de Kyoto, donde se llegó por consenso a la decisión de aprobar un Protocolo en virtud del cual los países industrializados se comprometen a reducir en conjunto, para el periodo 2008-2012, el total de sus emisiones de gases de efecto invernadero por lo menos en un 5%, en relación con los niveles de 1990. Así, la Unión Europea debe reducir conjuntamente en un 8% sus emisiones, los Estados Unidos un 7% y Japón un 6%, mientras que países como Australia han conseguido un aumento de emisiones del 8%.

El compromiso es para seis gases de efecto invernadero, que son el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC) y hexafluoruro de azufre (SF6), reducidos todos ellos a un equivalente CO2 conjunto. Se tiene en cuenta cambios netos, por lo tanto emisiones de fuentes y absorciones de sumideros.

Para llevarlo a cabo, se crea en 1998 en Buenos Aires un Plan de Acción en el que se establecen fechas límite para finalizar los detalles sobresalientes (año 2000) y se contemplan cuestiones de cumplimiento, políticas y medidas y desarrollo y transferencia de tecnologías, entre otros aspectos.

La Conferencia celebrada en Bonn en 1999 fomentó el progreso en aspectos técnicos del Protocolo. Estableció una firme base para decisiones políticas futuras de acuerdo con el Protocolo y también el uso de los modos marcados por el Mecanismo de Desarrollo de Limpieza, la puesta en común y el negociado de las emisiones. Esta Conferencia también proporcionó la evidencia de un mayor reconocimiento de las necesidades y preocupaciones de los países en desarrollo, en particular los menos desarrollados.

En el año 2000 se celebra en La Haya la Sexta Conferencia de las Partes, en la cual a pesar de las intensas negociaciones de los ministros no se llega a ningún acuerdo


Entre las posibles áreas de actuación en la política energética propuesta por la Comisión de las Comunidades Europeas figuran:

- Incrementar la eficiencia energética y el ahorro de energía.
- Acelerar la penetración de las energías renovables.
- Fomentar las iniciativas de generación combinada de calor y electricidad.
- Mejorar la tecnología de producción de electricidad.
- Impulsar el desarrollo tecnológico e innovación en el sector energético.

Capa de ozono

En 1981 el Consejo de Administración estableció un grupo de trabajo para preparar un convenio marco mundial para la protección de la capa de ozono. Su objetivo era lograr un tratado general para hacer frente al agotamiento de la capa de ozono. Primeramente, un tratado general resuelto en principio para abordar un problema; posteriormente las Partes se dispusieron a llevar a cabo la tarea más difícil de convenir protocolos en los que se establecieran controles específicos.
El Convenio de Viena para la Protección de la Capa de Ozono, acordado finalmente en Viena en 1985, fue el primer paso, el cometido de este convenio era alentar la investigación, la cooperación entre los países y el intercambio de información.
Posteriores investigaciones mostraron el grave agotamiento de la capa de ozono y confirieron mayor urgencia a la necesidad de adoptar medidas concretas. En consecuencia, en septiembre de 1987 se llegó a un acuerdo sobre la adopción de medidas concretas y se firmó el Protocolo de Montreal, sobre las Sustancias que agotan la Capa de Ozono.
Desde 1987, más de 150 países han firmado este acuerdo internacional, que pedía una reducción escalonada de la producción de CFCs de tal manera que la cantidad anual de CFCs añadida a la atmósfera durante el año 1999 fuera la mitad de la correspondiente en el año 1986. Las modificaciones de ese tratado solicitaban la prohibición completa de los CFCs a partir de 1996. Incluso con esta prohibición, el cloro de los CFCs se continuaría acumulando en la atmósfera durante otra década.

Otros

Convenio sobre contaminación atmosférica transfronteriza a larga distancia, fue adoptado en 1979 por los estados miembros de la UN-ECE y entró en vigor en 1983. Establece los principios generales de cooperación en la eliminación de la contaminación atmosférica y un marco para la investigación científica, la evaluación y la supervisión para el intercambio de información. Después de su entrada en vigor, el marco general del Convenio ha sido ampliado mediante la adopción de ocho protocolos:

  • Protocolo de 1984 relativo a la financiación a largo plazo del programa concertado de seguimiento continuo y evaluación del transporte a gran distancia de los contaminantes atmosféricos en Europa.
  • Protocolo de 1985 relativo a la reducción de las emisiones de azufre o sus flujos transfronterizos.
  • Protocolo de 1988 sobre metales pesados
  • Protocolo de 1988 relativo al control de óxidos de nitrógeno o sus flujos transfronterizos.
  • Protocolo de 1991 relativo al control de compuestos orgánicos volátiles o sus flujos trasfronterizos.
  • Protocolo de 1994 sobre nuevas reducciones de emisiones de azufre.
  • Protocolo de 1998 sobre contaminantes orgánicos persistentes
  • Protocolo de 1999 para reducir la acidificación, eutrofización y ozono a nivel del suelo