Todas las especies tienden a extinguirse, sin embargo el ritmo de extinción no es homogéneo. El estudio de los registros fósiles lo demuestra, y las extinciones masivas han servido, por tanto, de referencia para datar y nombrar periodos geológicos En los últimos años la diversidad biológica mundial está cambiando a un ritmo sin precedentes (Oimm y otros, 1995). Según algunos autores como Wilson, se extinguen entre veinte mil y treinta mil especies anuales, esto es entre cincuenta y ochenta especies diarias, lo que supone que la tasa de extinción ha aumentado cien mil veces. Las causas de este progresivo incremento del número de extinciones de son el crecimiento de la población humana, las pautas de consumo no sostenibles, el aumento de la producción de deshechos y contaminantes, el desarrollo urbano, los conflictos internacionales y las desigualdades constantes en la distribución de la riqueza y los recursos, que conllevan a:
Incendios:
Construcción de infraestructuras:
Deforestación: Utilización de fertilizantes, plaguicidas...
La sobreexplotación tiene lugar bajo dos aspectos bien diferenciados.
El primero de ellos hace referencia al comercio. Actualmente un total
de 622 especies de animales y plantas se encuentran en peligro de extinción
como consecuencia directa de la captura en sus hábitats naturales
y posterior comercialización. Millones de animales vivos son capturados y transportados por todo el mundo para satisfacer los caprichos de particulares que desean poseer como mascota una especie exótica, para llenar instituciones zoológicas, circos, laboratorios de investigación biomédica, etc. Pieles, cuernos y marfil son también comercializados en gran cantidad. En todo el mundo y en un solo año pueden ser vendidos y comprados unos 500.000 primates vivos, colmillos de marfil de 70.000 elefantes africanos (abatidos para la causa), 4 millones de aves vivas, 10 millones de pieles de reptiles, 15 millones de pieles de mamíferos, unos 350 millones de peces tropicales y, aproximadamente, 1 millón de orquídeas. El segundo aspecto a tener en cuenta en la sobreexplotación de especies y ecosistemas es la explotación de subsistencia que se lleva a cabo en muchos países en vías de desarrollo. Esta explotación de subsistencia lleva a una caza incontrolada, como fuente de alimentación y a una tala indiscriminada de árboles para la obtención de leña como fuente de energía principal y para la transformación en tierras agrícolas y pastos. Sin duda, es la pobreza la que genera frecuentemente este tipo de situaciones. Por otro lado, debe tenerse en cuenta también la explotación indirecta o recreativa de especies, es decir, los atropellos, las capturas indirectas, como en el caso de los delfines en la pesca de atunes y el coleccionismo.
La introducción de especies exóticas afecta a las especies autóctonas, así como a la composición y función del ecosistema de las mismas. Las principales causas de la invasión son la explotación con fines comerciales (caza, pesca, ranicultura, peletería, etc.) y la costumbre tan de moda de tener animales silvestres en casa y dejarlos escapar o introducirlos en ecosistemas que no son los suyos. En España se han contabilizado 44 especies exóticas, de las cuales 20 son peces, 13 aves, 7 mamíferos, 2 anfibios y 2 reptiles En algunas ocasiones la especie introducida actúa como predadora de las especies que componen originalmente el ecosistema, este es el caso, por ejemplo de algunos peces de acuario. El pez guppy, típico de los acuarios, es liberado a charcas y lagunajos donde habitan algunos anfibios como la ranita de San Antón devorando las puestas y renacuajos de esta especie. En otras ocasiones las especies alóctonas llevan asociados parásitos para los cuales las especies autóctonas no tienen defensas, de modo que las poblaciones de autóctonas se ven diezmadas. Es el caso por ejemplo del cangrejo de río autóctono (Austropotamobius pallipes) y de otras especies autóctonas de cangrejos de río europeos que han sido ampliamente afectadas por una enfermedad (Afanomicosis) causada por el hongo parásito Aphanomyces astaci del que son portadores y vectores los cangrejos de río americanos (cangrejo rojo y cangrejo señal)
Las especies exóticas pueden actuar también como competidoras
al ocupar el mismo nicho ecológico desplazando a las especies autóctonas
o bien hibridarse con ellas y competir. Es el caso de la malvasía
cabeciblanca (Oxyura leucocephala) que ha visto drásticamente
disminuida su población como consecuencia, entre otras causas (como
la caza y la pérdida de su hábitat), de la introducción
de carpas que competían por el mismo alimento con ella y la hibridación
con una especie foránea procedente de América del Norte,
la malvasía canela (Oxyura jamaicensis) introducida desde
Estados Unidos a Inglaterra para una colección privada y extendida
a países como Francia y España. Más información:
www.malvasia.cjb.net
En ocasiones, las especies introducidas, también provocan una alteración del hábitat de la comunidad donde se asientan. Todos estos factores pueden ocasionar una disminución importante de la población lo que hace que el riesgo de extinción aumente. Es entonces, cuando la población disminuye como consecuencia de la acción directa o indirecta del hombre, cuando juega un factor importante la estocasticidad genética. Como consecuencia de la disminución de la población la variabilidad genética también se ve mermada, de modo que se pierden caracteres genéticos que pueden resultar determinantes para la supervivencia.
El lince ibérico La población de lince ibérico ha disminuido en los últimos veinte años un 80%, siendo hoy día el mamífero más amenazado del mundo.
* Disminución de las poblaciones de conejo, su alimento básico
y casi exclusivo. Más información: http://www.geocities.com/RainForest/7673/menu.htm El águila imperial El águila imperial ibérica (Aquila adalberti), cuya distribución se encuentra restringida al cuadrante suroccidental de la Península Ibérica, es una de las rapaces más amenazadas a nivel mundial. Se trata de un endemismo, que sólo se reproduce en nuestro país, ya que en Portugal no cría desde la década de los setenta y su presencia en Marruecos no está confirmada. La pérdida de hábitats adecuados para la reproducción,
junto a la mortalidad no natural (caza, envenenamiento y electrocución),
son los factores determinantes de la rarificación de las poblaciones
de esta especie. Consecuencias de las pérdidas de biodiversidad La evidencias sobre la estrecha relación entre la biosfera y las
condiciones físicas que la rodean sugieren que la pérdida
de biodiversidad puede provocar cambios globales más o menos evidentes,
y a la inversa. La biodiversidad es de gran importancia para el mantenimiento
de la vida en el planeta y nos proporciona grandes recursos para la medicina,
la alimentación, etc. Además su belleza intrinseca y su
naturaleza sabia nos proporciona otra serie de factores dificilmente cuantificables.
La pérdida de la biodiversidad es por tanto la pérdida de
una serie de valores no solo económicos sino éticos y estéticos. |