¿Qué diferencia existe
entre las pequeñas ciudades y las zonas rurales desde el punto de
vista del abastecimiento hídrico?
La diferencia es sobre todo la concentración de población.
Se consideran “ciudades” aquellos núcleos de población
donde predominan las actividades urbanas (comercio, industria, servicios),
y zonas rurales aquellas en que predominan las actividades primarias (agricultura,
ganadería, cierto tipo de minería, pesca artesanal).
“Pequeñas ciudades” serían aquellas con una población
poco significativa, por ejemplo algunos miles, a lo sumo decenas de miles,
de habitantes.
Proporcionar agua a las ciudades pequeñas exige de todos modos
un sistema de toma, transporte, tratamiento, almacenamiento y distribución
que necesita una cierta inversión. Por sus características,
un sistema de este tipo requiere decisiones y/o acciones públicas
(por ejemplo, estatales, provinciales o municipales). Las pequeñas
ciudades deben además tener en cuenta los problemas de saneamiento,
que si bien son mucho menores que en las grandes ciudades, pueden de todas
formar entrañar riesgos de dañar los propios recursos hídricos
que se utilizan para el abastecimiento, y peligros para la ciudad. En las
zonas rurales la obtención de agua es mucho más familiar
o a lo sumo comunitaria, frecuentemente se puede llevar a cabo sin intervención,
o con una intervención meramente de apoyo, de las autoridades públicas.
La dificultad que se presenta es la dispersión del consumo que dificulta
el suministro del agua a todas aquellas personas, familias o comunidades
que lo necesitan.
¿Cuáles son las ventajas e inconvenientes de las bombas
manuales?
Las principales ventajas de las bombas manuales son su bajo costo (para
la adquisición, instalación, obtención de repuestos
y reparación), su simplicidad mecánica y el hecho de que
no utilizan combustible. Esto las hace ideales en las pequeñas comunidades
de escasos recursos financieros.
El principal inconveniente es su escasa productividad y el trabajo humano
intensivo que se requiere habitualmente para operarlas.
¿Cuáles son los principales problemas para instalar sistemas
de abastecimiento en las comunidades rurales?
El principal problema es la obtención de recursos financieros
para su instalación. Generalmente, los estados y municipios carecen
de medios para atender todas las comunidades rurales de su jurisdicción.
Una segunda limitante, que a veces puede resultar crítica es
la carencia de recursos hídricos adecuados en las zonas de abastecimiento.
En algunas zonas abundan las enfermedades de trasmisión hídrica
que pueden obligar a tomar medidas especiales de tratamiento. Otros problemas
son la dispersión de los usuarios y las características geomorfológicas
y ecológicas del sitio que pueden dificultar las instalación
de los sistemas. También se plantean problemas de gestión,
acerca de como desarrollar un método que sea eficaz técnicamente,
y a la vez satisfaga a toda la comunidad beneficiada desde el punto de
vista social y cultural.
¿Cuáles son los impactos sociales de la instalación
de sistemas de abastecimiento eficaces en las zonas rurales?
Los sistemas de abastecimiento eficaces tienen un efecto inmediato en
la calidad de vida de las poblaciones rurales, en particular de las mujeres
y los niños que están habitualmente encargados de la tarea
de ir a buscar el agua. Cuando se resuelve el problema del agua las mujeres
disponen de mucho más tiempo para otras tareas, actividades de desarrollo
individual y/o profesional, tareas productivas o domésticas. Para
los niños puede significar liberar tiempo para concurrir a la escuela
o dedicarse a actividades típicas de la infancia.
¿Qué impacto tiene sobre la salud?
El principal impacto de los sistemas de abastecimiento hídrico
rurales es sobre la salud.
La abundancia y disponibilidad de agua de buena calidad inmediatamente
hace descender los índices de mortalidad infantil y de adultos,
disminuyen las enfermedades de origen hídrico, favorece un enriquecimiento
de la dieta, y provoca un mejoramiento generalizado de la higiene individual,
familiar y comunitaria.
Por el contrario, la falta de agua incide en el deterioro de la calidad
de vida, en el incremento de las dolencias relacionadas con vectores de
trasmisión hídrica, la pérdida de jornadas de trabajo
y el aumento de la mortalidad.
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