¿Cómo se concibe la
naturaleza en la visión económica ortodoxa?
De acuerdo a la visión económica ortodoxa la naturaleza
es el lugar donde transcurre las actividades humanas y sus componentes
son recursos que están disponibles para su utilización por
las sociedades humanas. En principio, se considera que estos “recursos”
son inagotables, y su costo es tan solo el esfuerzo necesario para obtenerlos.
Del mismo modo, se considera que la naturaleza tiene una capacidad infinita
para “digerir” los residuos de las actividades humanas. No hay costo ambiental
asociado a la disposición de residuos.
¿Qué función cumple el agua de acuerdo a esta visión?
El agua es otro recurso más, necesario para realizar las diversas
actividades económicas. Desde cierto punto de vista es considerado
una mercancía, aunque debido a su función social ha resultado
difícil imponer ese enfoque en forma general.
¿Cuál es el valor del agua en el sistema capitalista?
El costo del agua es un componente del costo de la producción.
Desde otro punto de vista forma parte del costo de vida de la población.
Su valor se mide en función de su aporte a la producción
de bienes y servicios y por su contribución a mantener saludables
a los trabajadores, empresarios y sus familias, y permitir la reproducción
de la fuerza de trabajo.
¿Cómo ha afectado estos conceptos la situación
ambiental actual?
Como el agua no tiene valor en sí, se la puede disponer de acuerdo
a las necesidades de los poderes políticos o empresas. La sostenibilidad
de los sistemas hídricos no es considerada como un factor de peso
a la hora de tomar decisiones acerca de cómo usar los recursos hídricos.
El resultado ha sido una degradación profunda y generalizada
de los sistemas acuáticos en muchas zonas del mundo. Este proceso
continúa en la actualidad.
¿De que forma sería posible corregir este enfoque para
lograr una aproximación sostenible al tema?
En primer lugar, correspondería comprender que el agua no es
una mercancía. En tanto que sostén de la vida, el agua es
el elemento esencial que sostiene los sistemas biológicos, incluyendo
todas las actividades humanas. La degradación del agua tiene un
costo que excede los costos financieros de la economía monetaria.
Hay un costo energético que se expresa en la energía requerida
para el tratamiento natural o artificial del agua contaminada. También
hay un costo ambiental y biológico, que se mide en la desaparición
o deterioro de los eco y geosistemas y en la disminución de la biodiversidad.
Todos estos costos no monetarios deben ser incorporados a la ecuación
económica de la gestión hídrica.
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