La
ciencia geomorfológica
La geomorfología
es la disciplina que se dedica al estudio de las formas de la tierra, sus
orígenes y evolución.
La forma de la superficie
sólida del planeta, en contacto con el aire o el agua, se modifica
constantemente debido a los múltiples procesos que en ella tienen
lugar.
Estos cambios se producen
a diferentes ritmos de acuerdo a las características de los materiales,
estructuras y sitios en que ocurren.
Los geomorfólogos
se encargan de descifrar, a partir de las formas y procesos actuales y
de los relictos de formas antiguas, la historia geológica de la
superficie en un lugar determinado.
Así deben analizar
los perfiles transversales de los valles fluviales para identificar las
terrazas y entalles (testimonios de antiguas acumulaciones y periodos erosivos),
la alteración, profundidad y lavado de los suelos, la presencia
de fósiles vegetales o animales, los materiales arqueológicos
encontrados, así como realizar los análisis petrográficos,
mineralógicos, químicos y físicos necesarios para
averiguar las características y procesos que generaron las formas
actuales y los materiales que las componen.
Las cartas geomorfológicas
constituyen uno de los principales instrumentos que tiene el geomorfólogo
para realizar sus análisis sobre el terreno. En ellas se incluyen
las formas actuales y heredadas, la edad de las mismas, los procesos que
influyen o influyeron sobre, la ubicación, tipo, espesor y antigüedad
de las formaciones superficiales, las características geológicas
y cronoestratígráficas del sustrato, así como las
diversas relaciones entre todos estos componentes del paisaje.
La hidrogeomorfológía
es una rama de la geomorfología emparentada con la hidrología.
A diferencia de la
geomorfología general que incluye todos los aspectos que se consideran
relevantes para comprender la evolución de la superficie, la hidrogemorfología
se dedica a estudiar los procesos y formas que tienen que ver con la dinámica
hídrica.
La hidrogeomorfología
analiza los regímenes meteorológicos y climátológicos,
especialmente las precipitaciones, las modalidades espaciales de la infiltración,
las zonas de recarga de los acuíferos, la existencia y características
de los escurrimientos superficial, torrencial y subterráneo, la
erosión acuática, las áreas de afloramiento de las
napas, los manantiales, la presencia y tipos de cursos fluviales,
wadis, las zonas palustres, acuíferos, lagos, sabkhas y salinas.
Todos estos componentes son estudiados en forma integrada, tratando de
dilucidar la presencia de hidrosistemas, tanto desde el punto de vista
de su funcionamiento actual, como de las tendencia evolutivas históricas
que poseen.
Las cartas hidrogeomorfológicas
son documentos cartográficos analíticos que incluyen todos
los elementos antes mencionados expresados en un mapa. Las cartas hidrogeomorfológicas
interpretativas y temáticas son sistematizaciones de la información
genérica producidas con un fin académico o práctico
específico.
La geomorfología
y la hidrogeomorfología son instrumentos importantes para comprender
las características, orígenes, razones de ser, así
como dinamismo actual y potencial, de la superficie de la tierra.
Las sociedades humanas
habitan el área de contacto entre la hidrósfera y atmósfera
y la litósfera, aquella zona que acostumbra llamar “superficie de
la tierra”.
Por esa razón,
la comprensión de sus características, orígenes, razones
de ser, así como dinamismo actual y potencial, proporcionadas por
la geomorfología y la hidrogeomorfología, son muy importantes
para definir las estrategias sociales más eficaces, para permitan
un aprovechamiento efectivo del territorio en un marco de sostenibilidad
y armonía.
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