Capítulo 18
Gestión hídrica y conflictos
 TEXTO DEL CAPITULO  |  TEMA-SINTESIS PREGUNTAS-CLAVE
 
Aspectos sociales de los sistemas de abastecimiento hídrico

Normalmente la escasez de agua y la pobreza están íntimamente relacionadas. Cuando la naturaleza no ofrece fácil acceso al agua, las comunidades no prosperan y su desarrollo se ve limitado. Por el contrario, cuando las sociedades tienen acceso al agua en forma abundante y segura, tienen la posibilidad de gastar sus recursos financieros y energía para satisfacer otras necesidades. En la mayor parte del mundo el acceso al agua no es un problema resuelto, para mucha gente, la obtención del agua requiere esfuerzos o gastos ingentes que afectan seriamente su calidad de vida en todos los órdenes. Ello sucede, en gran medida, porque las compañías administradoras de aguas del continente raramente dan prioridad a los pobres en sus estrategias de gestión.

Las colonias pobres, "favelas" o "villas miseria" suelen estar localizados en áreas marginales, frecuentemente en zonas que presentan problemas técnicos para el tendido de las redes. En muchos casos (como en Lima o en Rio de Janeiro) estos barrios se encuentran en zonas elevadas, de gran pendiente, a una altura superior que la de los tanques de almacenamiento o embalses. El agua debe ser bombeada hacia arriba para acceder a dichos sitios, con lo que se generan costos adicionales. Otro sitio donde normalmente se ubican los sectores sociales mas pobres de las ciudades son las llanuras inundables. En ellas la instalación de sistemas de drenaje y cañerías también resulta difícil y cara. Sin embargo, la falta de servicios en las zonas más pobres no se debe a meros problemas técnicos. Hay, en muchos casos, una política deliberada que desvía sistemáticamente los escasos recursos para inversiones de las compañías de agua hacia los barrios residenciales más pudientes y con más influencia a nivel político. Como consecuencia de lo anterior, hay hoy más de centenares de millones de habitantes de ciudades, normalmente residentes de las áreas urbanas más pobres, que carecen del vital elemento.

A su vez, es interesante comprobar que incluso los problemas vinculados con la escasez de agua en los barrios más acomodados de las ciudades pueden también afectar indirectamente a los pobres urbanos. Tal es el caso de Santa Marta en Colombia, y Recife en Brasil, donde los cortes de agua en los hoteles han afectado la industria turística. Miles de personas que dependen del turismo para su sustento -entre ellos muchos trabajadores pertenecientes a los sectores más pobres de la población- se ven seriamente afectadas por dicha situación en sus ingresos y empleos.

Ya sea que por la falta de servicio o de conexiones o por la pérdida de presión de las redes, cuando el agua falta, quienes primero sufren estos efectos son los pobres urbanos. Las condiciones inadecuadas de higiene, muy a menudo relacionada con hábitos inapropiados, acentúa los problemas de las personas que habitan los zonas urbanas pobres. Además de la escasez, se agrega una utilización poco eficiente dando lugar a que los habitantes de las barriadas pobres se encuentren indefensos frente a muchas enfermedades infecciosas de transmisión hídrica. Ello da lugar a una sobrecarga a los sistemas de salud públicos, que a menudo están desfinanciados y sobreextendidos, y además deben hacer frente a una demanda mucho mayor en los barrios más carenciados.

La epidemia de cólera, que se inició en Perú a principios de la década de 1990, y se extendió luego a la mayoría de los países de America Latina encontró un terreno abonado para su avance en las zonas urbanas pobrres del continente. En los primeros años de la epidemia Perú informó de 200.000 casos de cólera (muchos de los cuales en la ciudad de Lima y alrededores) y varios de los países vecinos vivieron una situación similar. El cólera se extendió en la región amazónica, y aparecieron brotes tanto en el norte del continente (México) como en el sur (Argentina). 

La posibilidad de combatir exitosamente una enfermedad agresiva con las características del cólera, así como otras originadas en el agua, como por ejemplo, la amebiasis, el tifus y la hepatitis A, está estrechamente relacionada con la situación de los sistemas hídricos y de saneamiento en las ciudades.

El agua no constituye solamente una defensa contra las enfermedades, sino que es también un elemento básico para la calidad de vida. En las comunidades que no están servidas por sistemas municipales, deben realizarse ingentes esfuerzos para llevar agua a los hogares. Para muchas familias, en particular para mujeres y niños, víctimas privilegiadas de esta situación, puede ser necesario cargar grandes recipientes con agua desde las canillas públicas, los camiones cisterna, pozos o cursos de agua, caminando los recorridos varias veces por día. En muchos casos hay que esperar turno haciendo colas y utilizar combustibles caros y difíciles de obtener para hervir y potabilizar el agua. Varios miembros de la familia dedican varias horas del día a esta tarea cotidiana. Los niños pierden clases en la escuela, mujeres y hombres no pueden cuidar de sus hijos adecuadamente y los trabajadores muchas veces llegan tarde a sus obligaciones debido a las dificultades y trabajo necesario para procurarse el agua. Disponer de agua potable a domicilio representa un significativo avance hacia una vida mejor.
 

 TEXTO DEL CAPITULO  |  TEMA-SINTESIS PREGUNTAS-CLAVE
 
Diseño y realización web: cosmovisiones.com
Producción: Carlos Díaz Delgado y Danilo Antón
Estado de Mexico, Mexico
© CIRA-UAMEX, 2002